La experiencia no es subjetiva, a partir de esta, se
comienzan abonar pequeños retazos de aprendizaje que en un momento u otro son
necesarios utilizar. Ahora bien, con esta clase se suponía conseguir un
objetivo al cual no llegue. Obviamente
existen mil excusas que puedo comenzar a escribir, como por ejemplo puedo decir
que no lleve suficiente material o que los nervios invadían mi cuerpo. Sin
embargo, ese tipo de justificaciones no me llevan a nada y tampoco dicen nada.
Lo primordial es reconocer que cuando un trabajo no se planea con anticipación
y detalle, futuras catástrofes pueden ocurrir como la del día de hoy.
Clase o mejor dicho; maestra con cantidad de adjetivos pero ninguno
positivo como aburrida, apática, carente de conocimientos y decadente en todo
tipo de preparación, fue en lo que me convertí el día de hoy. No fui capaz de invitar a mis niños al
conocimiento, mucho menos tuve la habilidad para mantenerlos interesados durante
la sesión. Sinceramente tenía sobre mi
manos todas las herramientas necesarias para que los pequeños comprendieran el
objetivo de la clase, pero sin contextualización y secuencia didáctica lógica
solo perdí el tiempo.
Afortunadamente existe el término experiencia y, jamás
me volveré a presentar en un salón de clases sin las herramientas mínimas para
poder concretizar mis objetivos. Me doy un poco de pena y estoy enojada conmigo
misma, los errores son buenos si de ellos se aprende, y eso hice.
PD. Esta
reflexión me sirve bastante. Cada vez que no me prepare los suficiente para
algo lo voy a leer para recordar que cada acto de flojera tiene sus
consecuencias.
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