Cuando pensaba en que debería regresar a la escuela y hablar sobre mi práctica, de cierta manera lo veía muy lejano y no podía imaginar cuáles serían mis experiencias, qué les platicaría a mis compañeros y maestros. Sin embargo, el día llegó y en la clase de OPD estuve presente y lista para escuchar las vivencias de todos mis compañeros, sorprendentemente me identifique con muchas situaciones por las que ellos pasaron y de las que en algún momento creí que sólo me podrían pasar a mí.Me encantó la manera en que plasmamos nuestras frustraciones en el papel amarillo, pude observar como todos nos liberábamos de todo aquello que en un momento nos llegó a frustrar; -estaba enojada, me preocupaba el tiempo, tenía sueño, yo estaba aburrida, me sentía insegura…-
Esas y muchas frases más fueron escritas en el papel, después de eso comenzó lo más interesante. Presté mucha atención a lo que mis compañeros decían y me di cuenta que muchos tuvimos problemas muy parecidos. Pero claro todos tuvieron sus puntos buenos y la manera en que los comentó el maestro, fue de gran ayuda porque así me puedo apropiar de varios consejos que me ayudarán con mis siguientes clases.
En fin, llegó mi turno para platicar mi experiencia, les conté que estuve conforme con lo que logré, pero olvide decirles que lo mejor de todo fue, que disfrute cada segundo que pasé dentro del aula, el tiempo no me presionó, lo que yo quería era que el tema se entendiera y cada actividad que realizara quedara en claro.
Lo malo de esta clase es que como a mi no me observó el maestro de OPD, no recibí retroalimentación de su parte. Sin embargo, con los comentarios que ya he tenido sobre lo que realicé en clase, puedo decir que aunque faltan mejorar muchísimas cosas, para ser la primer vez no estuvo tan mal...
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