sábado, 20 de octubre de 2012

MEDITANDO; TODO SOBRE MI PRIMERA CLASE



If we don’t reflect we are teaching
 in the dark

Llevé  a cabo mi primera sesión el  3 de octubre. Para comenzar con ella formulé  un plan de clase, el cual me ayudaría a tener la mayoría de las situaciones bajo control. Días antes había observado mi grupo designado y, les había entrevistado para conocer sus intereses, por lo cual iba totalmente preparada, sin embargo, el plan de clase es una guía y no garantiza que  todo marche a la perfección.  
El primer principio consiste en conseguir la mayor información posible, sobre la clase antes de acceder a ella. (Aebli,1998). La clase inició con  concrete experience por lo que la actividad que llevé a cabo fue plasmar en el salón una conversación sobre dos personajes famosos, y además entregarle una a cada alumno. Hasta este punto todo marchaba bien, los estudiantes parecían asombrados por el tipo de diálogo que se les planteaba, y los caracteres plasmados. Después pasé rápidamente a leerlo. Hice esto ya que los contactos de luz no servían y era difícil ponerles una grabación,  por otra parte tuve que leerla yo sola pues no tenía ningún tipo de ayuda extra.
                                                                            
En mi parecer, hubiera sido mejor haberles adaptado una grabación, con esto los alumnos podrían haber notado el tono de voz y las distintas modulaciones.  Además, en este punto tuve ciertos errores de pronunciación. En el momento en el que desarrollaba mi clase no lo pude notar; quizá por los nervios que invadían mi cuerpo, sin embargo, al terminar los 40 minutos de sesión, mi maestro acompañante lo resaltó. Más tarde pude leerlo en mis rubricas de evaluación y escucharlo en la grabación de la clase.

Enseguida pasé a  realizar el reflective observation. Este consistía en pedirles a varios  alumnos que leyeran ciertas frases resaltadas en negro, las cuales se encontraban en la conversación.  Debo admitir que al inicio estaba un poco insegura, pues creí que los alumnos se negarían a participar, sin embargo, no fue así. Después de que se leían  los enunciados resaltados, me daba prisa para comenzar a explicarlos. Tomaba fichas que contenían una palabra diferente, todas con distintos colores, comenzaba a pegarlas en el pizarrón leyendo en voz alta cada letra; /I/ am/ a/ doctor/, /I/ am/ from/ Mexico/. Inmediatamente los alumnos repetían conmigo lo que  decía. Esta dinámica la hice con todas las oraciones. Sin embargo, olvidé anunciar que todos tomaran notas en sus cuadernos sobre lo que se explicaba. Sé que muchos lo hicieron pues veía que escribían, no obstante no me pude cerciorar si la totalidad de los estudiantes hicieron sus apuntes.  En esta actividad quería estar segura que conocieran el significado de ciertas palabras, por lo que lancé algunas preguntas dirigidas.
Teacher- David, What it’s Singer?
Student -mmm Singer?
Student-oh! Cantante

En esta fase de la clase, con ayuda de las observaciones de mi maestro acompañante y del video tomado, puedo asegurar que todos los alumnos prestaban atención y permanecían en silencio, así que hasta ese momento el classroom managment se encausaba de  manera positiva.

El siguiente trayecto era abstract conceptualitation. Este comenzó de la siguiente manera; llamé a un alumno al frente del pizarrón, le expliqué que debería poner en orden una oración que estaba pegada. Cuando la terminó de colocar de manera apropiada, pregunté en general si estaba correcta o no. Si la respuesta era negativa, quien lo decía, pasaba al frente y la corregía. En este espacio de la clase todo marchaba de manera activa y estaba comenzando a disfrutarlo bastante. No obstante, cometí un error que ya no pude corregir. A los alumnos que participan les daba un pequeño incentivo, así que al final no estuve satisfecha con mi trabajo ya que sospeché que todos habían contribuido por el hecho de querer obtener el pequeño presente. Este punto obviamente no sólo yo lo noté, pues en las observaciones y recomendaciones de mi profesor acompañante y titular lo vi reflejado.

-maestro titular: los premios hicieron una buena participación pero deben manejarse con más discreción. No obstante, todas las intervenciones eran acertadas y eso me llenó de alegría pues estaba observando que lo explicado se comprendía.

Al finalizar este ejercicio, podía percatarme como mis estudiantes pedían más, y yo estaba ansiosa por pasar a la siguiente actividad. Así que llamé a tres alumnos para que se acercaran al pizarrón, les expliqué que deberían rascar una tarjeta. Para no perder tiempo, llamé a los jóvenes que días antes había notado eran los lideres del salón y, los cuales la mayor parte de las clases sólo platicaban.

Ellos enseguida vinieron hacia a mi,  les pedí que entregaran  un pequeña tarjeta a todos sus compañeros.  Cuando ambas partes finalizaron, les explique de que manera harían una oración utilizando las palabras que descubrirían en sus cartas. Para que ellos lo comprendieran escribí  un ejemplo en el pizarrón, sin embargo, aquí fue una falla que noté desde el principio y no hice nada para mejorarlo; casi la totalidad del pintarrón estaba cubierta de material didáctico, por lo que sólo tuve un pequeño espacio para escribir, ¿Qué sucedió con esto?, la letra no era lo suficientemente grande, y el ejemplo no estaba escrito con claridad.

En esta actividad el classroom managment seguía bajo control y para mantenerlo así y, además darme cuenta si las instrucciones se habían entendido, decidí caminar entre las filas y observar como trabajaban todos. Entretanto podía escuchar como algunos alumnos decían; no manches que chidas tarjetas, ¿cómo se le ocurrieron?, ya sé wey, mejor que se quede ella de maestra.  
Un buen maestro es aquel que explica los contenidos de su materia de forma en que ellos entiendan. Un buen maestro hace su clase "amena" y "despierta" el interés de sus alumnos por aprender, aunque de entrada la materia por si misma no les resulte atractiva. (Santos del Real, 1999).  Debo decir que esos comentarios me motivaron aún más, y no podía disimular la enorme sonrisa que atravesaba mi rostro. 

Cuando el tiempo de escribir la oración terminó. Pedí que algunos alumnos las leyeran en voz alta. La mayoría quería participar, sin embargo, lo hacían de manera ordenada y respetaban el turno de quien comenzaba a hablar. Con esta actividad, escuché como se había comprendido lo ejemplificado en los pasos anteriores. Lo único que en ocasiones corregía era la pronunciación de ciertas palabras.

Puedo decir que el clímax de la clase se logró con esta etapa, ya que la mayoría de los alumnos participaban activamente, lucían emocionados y yo disfrutaba sobremanera como fluía la dinámica. –maestro acompañante: student gives confidence and generate a correct enviorenment in the classroom. Realmente fui capaz de percibir un ambiente de confianza y  respeto.

La última fase de la lección y la cual se transfiguró en todo un reto fue active experimentation, esta etapa final la inicié un poco presionada por el tiempo, ya que al inicio era una clase contemplada de cincuenta minutos, pero por razones administrativas se redujo a solo cuarenta  el colofón fue que me faltó tiempo para completar el producto final.
Comencé explicando que en parejas y utilizando las palabras de sus tarjetas deberían escribir una conversación parecida a la que les entregué al inicio de la clase. Ahora bien, en esta parte hubo muchos errores, el primero; los alumnos no comprendían que era work in pairs,  por lo que perdí tiempo explicándolo, después de esto, para captar si se había comprendido la actividad, comencé ha andar entre las filas, pero mi sorpresa no fue muy agradable; -no todos habían interpretado de manera correcta mis instrucciones-. Algunos leían en voz alta el diálogo que les había dado, otros más hacían oraciones utilizando el vocabulario de otros compañeros, y otra parte de ellos, trabajaban de manera individual, haciendo un dialogó con las oraciones que habían hecho en la actividad anterior.

¿Qué puedo reflexionar sobre esta etapa?, primeramente el pedirles que hicieran un texto parecida a la que les presente, fue un poco complicado ya que el modelo que expuse tiene mucha información paja, algo que ellos no necesitan, además, como mi maestra tutora lo observó: debe modelar las instrucciones y confirmarlas con los alumnos. Decididamente esto es algo que jamás debo pasar desapercibido pues así será más clara la instrucción y me daré cuenta si es comprendida o no.

Además en este trayecto el manejo del grupo se salió un poco de control ya que había mucho ruido, y yo trataba de explicar las instrucciones de manera individual a quienes notara que lo hacían incorrecto. ¿Qué debí haber hecho en este momento?, detener la actividad y explicarla nuevamente, no obstante, al darme cuenta que el tiempo se terminaba decidí continuar con la misma dinámica. ¿Cuál fue el resultado?, el desenlace fue obvio; no obtuve el producto final de la sesión.

Al concluir la clase, estaba muy contenta con lo que había logrado, pues realmente había gozado compartir tiempo con mis estudiantes, sin embargo, cuando comencé a ver mis rubricas de evaluación, el vídeo y regresé mi cinta mental, me pude dar cuenta que cometí muchos errores, los cuales en las próximas sesiones que lleve a cabo deben ser omitidos por completo.

Ahora he experimentado como una instrucción no comprendida lleva rápidamente a la confusión, y esto al caos. –alumnos que hablan, preguntan qué hacer, y otros que sólo están sentados sin llevar a cabo ninguna actividad- , y bueno esto nos lleva a una resolución clara; el manejo del grupo se ve alterado, la situación se salé de control y el propósito final de dicha actividad no se concluye de manera satisfactoria.

Sólo puedo decir que la experiencia que me dejó esta primera clase, me ayudará a llevar a cabo una labor mejor en las próximas jornadas. Sé que esto es el inicio de un enorme trayecto, que portará consigo puntos positivo y negativos, sin embargo, algunas veces prefiero pensar que todos estos errores son piedras del camino, podemos tomarlas, destaparlas y tomar de su interior todo aquello que nos ayude en nuestra práctica docente. Más que obstáculos son peldaños que nos aseguran en alguna parte de nuestra carrera el éxito premeditado.
REFERENCIAS:

Aebli, Hans (1998), "Cómo se inicia el trabajo con una clase nueva" y "El primer encuentro", en Factores de la enseñanza que favorecen el aprendizaje autónomo, Madrid, Narcea (Educación hoy. Estudios), pp. 221-223 y 223-225.

Santos del Real, Annette Irene (1999), "Desempeño docente y motivación para aprender", en La Educación Secundaria: perspectivas de su demanda. México, Doctorado Interinstitucional-Centro de Ciencias Sociales y Humanidades-Universidad Autónoma de Aguascalientes (tesis de doctorado), pp. 93-96.


1 comentario:

  1. he tratado de editar el tamaño de letra, pero al final lo cambia, esa es la razón por la que se ve un desajuste al leer el texto

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