Quizá con esta película no se aprenda mucho de la vida del maestro del
suspenso, pero tampoco era el objetivo inmediato. Después de convertirse en un clásico
y causar conmoción en varias generaciones psicosis,
como toda gran obra merecía
mostrarle a las nuevas generaciones la esencia del buen cine. He tenido la
oportunidad de ver este clásico antes de sumergirme en el film de Hitchcock, y bueno es necesario admitir
que es una película muy bien lograda, desde los detalles bien cuidados del cine
en blanco y negro, hasta la fotografía, diálogos
y la música, que por cierto se ha dicho que al encontrarse Alfred con poco presupuesto para la banda sonora, fue
capaz de armar tremenda melodía utilizando solo dos violonchelos, dicha composición
se aprecia a plenitud en la escena de la bañera.
Así que la película Hitchcock logra trasladar al público al detrás de cámaras de psicosis,
obviamente atrás de todo esto hay una gran historia que presenta parte de la
vida íntima de Alfred y su esposa Alma. Su matrimonio no andaba del todo bien,
ciertas circunstancias había logrado que un abismo de inseguridad y apatía los
separara. Esto me dice una sola cosa; en algunas ocasiones cuando las personas
realmente quieren sobresalir en cualquier tarea que hagan es necesario
sacrificar lo que sea necesario para lograr dicho propósito. Así el maestro del
suspenso, por un momento tuvo que sacrificar su vida sentimental para poder posicionarse
en el lugar número uno que deseaba.
Por lo tanto esto lo puedo trasladar a mi vida
personal; para ser la mejor en lo que haga, debo sacrificar ciertas cosas que
me permitan avanzar sin tropiezo. Sin olvidar lograr un equilibrio en la vida,
el cual es primordial en toda tarea,-en mi caso tarea docente-.
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