miércoles, 13 de febrero de 2013

Mi estilo, mis aptitudes



Tomar conciencia sobre nosotros mismos, configurarnos de tal manera en la que podamos redescubrir nuestros estilos y aptitudes. Eso fue algo de lo que estuvimos llevando a cabo en la clase de ayer. Cuando fue momento de encontrarme a mí misma y meditar sobre todas aquellas características que me hacen ser exitosa en las actividades que llevo a cabo, me di cuenta que fue como toparme de frente con una enorme roca. –La escalaba o daba media vuelta-. Originalmente los seres humanos estamos acostumbrados a que los demás nos ayuden a encontrar nuestras aptitudes, que ha nuestro parecer permanecen ocultas.

Pero además de eso, es tomar conciencia y reflexionar sobre la vida que estamos llevando a cabo. ¿Realmente existe un equilibro, una sinergia entre lo que me gusta hacer y lo que puedo llevar a cabo? En mi caso, durante la adolescencia fui capaz de darme cuenta de algo; mi estilo se inclinaba al arte, todo lo que tuviera que ver con la música, la pintura y la literatura me hacía vibrar, podía pasar las horas dedicándome a esas tareas. No obstante, aunque la sensibilidad para entender el arte este vibrante sobre mi piel, me es difícil desempeñarme con éxito en alguna de estas disciplinas.

Y como Robert Stemberg lo menciona en la lectura Principios de los estilos de pensamiento, si no se está en el lugar adecuado llevando a la práctica las aptitudes adecuadas, será difícil destacar en esa actividad y aún más difícil poder disfrutar de ella. ¿Esto solo me lleva a una pregunta? cuantos son los profesores que en realidad pudieron encontrar el equilibrio entre el gusto por su profesión y las aptitudes para realizarlo. A mi parecer muy pocos de ellos, son felices con su estilo de vida. 

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